En cada trazo proyectado y en cada obra de arquitectura materializada, hay un autor que despliega su talento creativo para dar cuerpo a un sueño. En este segundo libro de la serie Hallazgos Heterogéneos, Conenna nos presenta obras que revelan la sensibilidad y reafirma la pasión que los arquitectos experimentan al hacer arquitectura y porqué sus obras son elevadas a una condición paradigmática. Como Oscar Niemeyer solía decir, la arquitectura es un arte que no puede ser completamente comprendido sin la capacidad de soñar y sentir. La verdadera arquitectura no es simplemente la construcción de estructuras estables y en perfecto funcionamiento, sino también la oportunidad de brindar una celebración ética y estética al espíritu creador, propia del ser humano.
El autor selecciona y reflexiona acerca de 7 obras de arquitectura, con una creativa narrativa, por momentos amenazando la historiografía tradicional, que presupone una lectura lineal y concatenada de los hechos. Cubre un vacío informativo y crítico al plantear un hilo conductor común, donde entorno y tiempo parecieran reconocer algunos rasgos comunes, pero mediante una lectura analítico-compositiva de cada obra, va revelando cómo los autores, han elevado el acto de proyectar a un nivel sublime -un acto poético- y de conmovedora simplicidad. En lugar de centrarse únicamente en los aspectos funcionales y/o constructivos, Connena nos invita a ver estos edificios, donde cada elemento y cada decisión de diseño contribuye a una narrativa más profunda.
Inicia el viaje de inmersión, con el Monasterio bizantino de Simonópetra, obra del siglo XIII Monte Athos, Grecia, una obra de arquitectura sin arquitectos, que da respuesta a los principios bizantinos de una arquitectura orgánica, en armonía con la naturaleza, para luego profundizar el estudio de cuatro obras de arquitectos latinoamericanos.

Fotografía de Liliana Sáez. Diseñadora Gráfica UBB e Integrante de la Unidad de Comunicaciones de la Farcodi UBB.
La Casa Rothschild, en Cesárea, Israel, de Oscar Niemeyer, y tres obras construidas: El Centro Comunal Nueva Santa Fe en Bogotá, Colombia,de Rogelio Salmona; el Banco de Londres & América Testa y el Templo del Monasterio Benedictino, en Santiago de Chile, de los Hnos. Gabriel Guarda & Martín Correa, todas obras desarrolladas a mediados del siglo XX. La Casa Rothschild, es un ejercicio proyectual, sobre el cual Niemeyer da cuenta de su concepción ideológica de la arquitectura, puesta al servicio del bien estar de la humanidad y su estancia en la faz de la tierra. “Además de ser útil funcionalmente buscando la plena la existencia humana, física y debe ser poéticamente, inspiradora y acogedora espiritualmente”. El Centro Comunal Nueva Santa Fe, contribuye a la construcción del tejido de la ciudad de Bogotá y a la vez según Conenna “aporta, un legítimo eslabón cultural, que enriquece la cadena de la historia (Maya) de la arquitectura”.
En el Banco de Londres & América del Sur, por su parte, Testa proyecta una obra que se inserta en un contexto construido agregando valor al espacio urbano, de audacia tecnológica, fuerte expresividad formal y una rica calidad del tratamiento espacial exterior-interior, donde en palabras del autor “se trasluce una sensibilidad poética en términos tecnológicos estructurales, dándole a éstos un valor más amplio que el solo funcional de sostener”.
En la Iglesia del Monasterio de los Benedictinos, los autores Guarda & Correa, en su búsqueda por asumir los cambios que plantea el documento Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II (1963) para el espacio de la liturgia, donde sitúa el protagonismo en el acto litúrgico. El manejo experimental de la luz y su incidencia en el espacio, busca la creación de “una atmósfera festiva de alegría, fe y gozo en la resurrección” en palabras del Hno. Martín, que sin duda son el común denominador y una de las razones de proximidad entre la espiritualidad y la arquitectura.

Fotografía de Liliana Sáez. Diseñadora Gráfica UBB e Integrante de la Unidad de Comunicaciones de la Farcodi UBB.
También, el estudio presenta dos obras europeas. The Florey Hall en el Queen’s College, Oxford, Reino Unido, de James Stirling, recordándonos el principio de “tipo”, discusión instalada en la arquitectura a mediado del siglo pasado por Bohigas, Moneo y Rossi -entre otros-, fundados en la reflexión previa de historiadores, filósofos y críticos de arte sobre el tema. En esta obra Stirling relaciona aspectos estructurales, morfológicos, expresivos y continuidad histórica y reinterpretando la tipología del claustro medieval.
Cierra el estudio con la obra Instituto de Microcirugía Ocular en Barcelona, de Josep Llinás, proyectada y construida en la primera década del siglo XXI, donde nos muestra cómo la arquitectura puede transformar la funcionalidad en una experiencia estética significativa. La capacidad de Llinas para crear espacios que no solo cumplen con su propósito funcional, sino que también evocan una respuesta emocional en sus usuarios, con una notable y delicada inserción en la topografía.
Este libro nos invita a leer y releer las obras de arquitectura a través de una mirada sensible, poética y bien fundada, a reconocer en profundidad la belleza que subyace en estas obras y a disfrutar de la habilidad del autor en la construcción de un relato, que evidencia los hilos invisibles que las unen y que alimentan nuestro imaginario. Obras objeto de estudio, que no solo son necesarias para el entendimiento e interpretación de la arquitectura, sino que, son el soporte que relaciona este cuerpo disciplinar -jeto- con el proceso formativo de estudiantes -sujetos-.