«Give a man a mask and he’ll tell you the truth». (2)
Manuel Morales utiliza su cámara como un instrumento que permite desvelar situaciones escondidas en medio de lo cotidiano de igual modo que los pensamientos se ocultan en la expresión de la cara. Utiliza la cámara fotográfica como un dispositivo que fija nuestra mirada en realidades que inadvertidamente pasamos por alto o que no nos atrevemos a enunciar. En sus imágenes los ojos del espectador se detienen en los detalles ínfimos, casi imperceptibles, que construyen estas realidades. Así, las fotografías de estos rostros con máscara nos enseñan a mirar su contexto. Al ocultarse aquello que hace a la persona reconocible, nos vemos obligados a deducir quién es a partir de las arrugas de su frente y sus manos, el peinado, su atuendo, su postura… La máscara, como dice Oscar Wilde, nos dice entonces más que la cara porque, al mismo tiempo que oculta una parte de la información, desplaza la atención hacia aquello que definitivamente nos sitúa en la realidad del retratado. Esa es la labor de Morales. Todo fotógrafo anhela mostrar el lado oculto de la realidad; pero su medio, imperfecto, no puede trabajar más que a partir de la realidad misma. La mirada del fotógrafo interviene entonces a través de sus escasos medios (encuadre, enfoque, tiempo) para eliminar lo intrascendente y concentrarse en el aspecto esencial que persigue. Toda fotografía muestra una realidad a partir de ocultar el resto de lo visible del mismo modo que la máscara nos muestra a una persona a base de esconderla.
(2) WILDE, Oscar. The Complete Letters of Oscar Wilde, Merlin Holland and Rupert Hart-Davis (ed.). London: Fourth Estate, 2000