Así lo considera el director de la Escuela de Diseño Grafico de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bío-Bío, académico Sr. Alejandro Arros Aravena, quien expresa que actualmente todo es diseño, “éste nos media, orienta, y en cierta manera nos dice qué hacer y qué no hacer. Por ello su rol está constituido no sólo en los productos o la gráfica, sino en cómo se organizan los contenidos y las experiencias con el uso o utilización de los productos del diseño”, afirma.
El académico sostiene que es en las crisis donde mejor actúa el diseño, ya que “vemos que en los diversos llamados que han hecho los gobiernos, instituciones o fundaciones para proponer ideas sobre cómo concientizar y reducir los contagios ante la pandemia de Covid-19”.
Agrega que este rubro ha sido uno de los primeros en generar una serie de propuestas creativas. Ejemplo de ello es la iniciativa generada en Uruguay por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde instituciones uruguayas hicieron un llamado a innovar en varias áreas, entre ellas en las industrias creativas, lo que busca facilitar la conexión entre sectores creativos y los de la economía de dicho país.
El trabajo visual se ha notado bastante en este periodo ya que necesitamos mantenernos cada vez más conectados y ello significa, entre otras cosas, recibir de mejor manera los mensajes y viceversa. “Las personas buscan informarse por infografías, gráficos, ilustraciones, soportes tienen un impacto de recordación mayor en las personas y por ende son más efectivos”, asevera.
Cuando la pandemia se contenga, “habrá una nueva normalidad” y existirán muchas pymes, emprendedores y personas que deberán reinventarse. Es ahí, afirma, cuando entran otras ramas del diseño, como la gestión o el diseño estratégico, el vínculo del diseño con la cultura, entre otros, lo que será de gran ayuda para la comunidad.
Respecto a cómo influye en las personas el diseño y los elementos que se utilizan para ello, el profesional destaca las investigaciones realizadas sobre arteterapia, donde los colores, figuras y formas impactan positivamente en la recuperación de pacientes en hospitales y lugares que habitualmente eran monocromáticos, por ejemplo. “Desde lo cotidiano, un buen diseño no se nota, pasa desapercibido, no genera molestias, pero sí sensaciones agradables”, precisa Arros.
Releva además que desde la academia, las universidades y nosotros en concreto “trabajamos con diversas metodologías de levantamiento de necesidades. Hay propuestas como la etnografía digital, (desarrollada actualmente por el sociólogo Edgar Gómez Cruz) que pretende hacer un levantamiento similar, pero desde el comportamiento de la cultura digital. Sabemos que las redes sociales recopilan mucha información relevante para proponer soluciones no sólo desde el comercio, sino también desde instituciones de todo ámbito”.
Como Escuela que tiene 51 años de historia, manifestó el docente, se tiene una responsabilidad social al ser parte de una universidad estatal y pública, pero además “tenemos una responsabilidad biregional, más aún con la consolidación de la región de Ñuble que en su corta existencia ha tenido que sobrellevar el contexto social de octubre pasado y ahora esta pandemia. Es por ello que nuestros estudiantes tienen un desafío importante en resignificar la profesión aportando a generar soluciones desde lo económico, cultural y educacional”.
Noticia redactada por la periodista de nuestra casa de estudios Paulina Gatica