El Dr. César Sagredo Aravena, académico del Departamento de Comunicación Visual, nos presenta la columnna titulada: “La Comunicación visual como herramienta de Gestión de riesgos: Más allá de lo estético”. 

La gestión de riesgos (GDR) y el diseño de la información (DDI) son aspectos cruciales que, sin embargo, reciben escasa atención en la formación de diseñadores gráficos. Este desinterés se debe a un enfoque educativo que prioriza las demandas del mercado y las limitaciones de los académicos. Comprender la GDR es vital, ya que implica identificar, evaluar y mitigar amenazas, combinando la probabilidad de un evento con su posible impacto. Aquí, la comunicación visual juega un papel esencial, ya que facilita la transmisión de información crítica.

La pictografía, desde el proyecto ISOTYPE hasta estándares como la ISO 31000, es una herramienta efectiva para comunicar de manera clara y rápida, especialmente en situaciones de emergencia. Sin embargo, los programas de diseño a menudo no abordan estos temas, lo que provoca que los estudiantes carezcan de habilidades prácticas para aplicar estos principios en situaciones reales. Esto crea una desconexión entre la formación teórica y las necesidades del mundo, donde la capacidad de diseñar para crisis es fundamental.

Un claro ejemplo de esta necesidad se evidenció durante la pandemia de COVID-19. En Chile, el Ministerio de Salud utilizó ilustraciones para informar a la población sobre medidas preventivas, pero estudios mostraron que la comprensión de estos mensajes no era la esperada, lo que limitó su efectividad. Este caso resalta la importancia de una formación rigurosa en GDR y DDI.

Los diseñadores deben equilibrar claridad y simplicidad en sus mensajes visuales, adaptándolos a audiencias con diferentes niveles de alfabetización visual y contextos culturales. Además, la ética profesional es crucial; los diseñadores deben ser conscientes del impacto de sus creaciones en situaciones de riesgo, ya que mensajes mal diseñados pueden tener consecuencias devastadoras. 

En conclusión, es imperativo integrar la GDR y el DDI en la formación de diseñadores. Esto no solo fortalecería su perfil profesional, sino que también contribuiría a una sociedad más preparada y segura, donde la comunicación visual pueda realmente salvar vidas.