La reciente publicación del libro Plan Regulador de Concepción 1960–1980. Emilio Duhart Harosteguy y Roberto Goycoolea Infante (Ediciones ARQ y Ediciones Universidad del Bío-Bío, 2025), compilado por Cristián Berríos y Sergio Baeriswyl, constituye una valiosa recopilación documental del plan que rigió el devenir de la ciudad de Concepción durante veinte años, revelando el carácter humanista y visionario de estos dos notables arquitectos chilenos.
Encargado por la alcaldesa Ester Roa en 1958, Duhart invita a un joven Goycoolea a participar en el desarrollo del Plan Regulador de Concepción (PRC), concebido en un contexto de profunda transformación urbana y modernización nacional. Esta colaboración consolidó un trabajo compartido que más tarde se vería reflejado en el diseño de obras como la Biblioteca de la Universidad de Concepción y los colegios Charles de Gaulle e Inmaculada Concepción.
Aunque unidos por este proyecto fundacional, Duhart y Goycoolea tomaron caminos profesionales que, si bien distintos, compartieron una misma vocación pública. Emilio Duhart, formado en la tradición moderna europea y profundamente influido por la arquitectura de Le Corbusier, proyectó su obra hacia una dimensión internacional. Tras el éxito del edificio de la CEPAL (1966), ícono de la arquitectura moderna latinoamericana, se radicó en Francia en 1969. Desde allí continuó su carrera académica y profesional, enseñando en la École des Beaux-Arts y explorando los vínculos entre modernidad, paisaje y cultura. Su obra se distinguió por la síntesis entre rigor técnico y sensibilidad plástica, y en 1977 fue reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura, coronando una trayectoria que integró pensamiento, docencia y creación.

Edificio Remodelación Catedral Goycolea, Jofré y Soto, 1968. Dibujo y acuarela de Hernán Barría Chateau.
Goycoolea, en cambio, eligió permanecer en Concepción. Desde allí construyó una trayectoria profundamente arraigada en el territorio y comprometida con la transformación de la ciudad. Fue un actor clave en la materialización del PRC, primero como asesor urbano de la municipalidad y luego como arquitecto independiente, autor de viviendas y edificios que marcaron una etapa de renovación urbana. Entre sus obras destaca el Edificio Remodelación Catedral, junto a Ramón Jofré y Luis Soto, expresión de una arquitectura moderna, austera y cívica.
Su legado, sin embargo, trascendió la práctica arquitectónica. Participó activamente en la fundación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Bío-Bío (ex UTE), donde formó generaciones de arquitectos bajo una mirada integradora y situada. Su liderazgo académico lo llevó a convertirse en el primer rector de la UBB en democracia, impulsando una universidad pública y con vocación regional. En 1995 recibiría el Premio Nacional de Arquitectura, reconocimiento a una vida dedicada a pensar, enseñar y construir desde el sur.
La publicación de este libro no solo rescata un capítulo fundamental de nuestra historia urbana, sino que también reencuentra las trayectorias paralelas de Duhart y Goycoolea: dos caminos distintos, pero guiados por una misma convicción de que la arquitectura puede —y debe— ser un motor de transformación social, cultural y territorial, capaz de imaginar y construir un futuro más justo y humano.