Biblioteca
Las bibliotecas, desde sus inicios, han sido lugares intrínsecos de la sociedad y, por ende, han tenido que adaptarse y evolucionar junto a ella. Hoy en día, con el avance tecnológico y la rapidez de las comunicaciones, podría parecer desacertado hablar sobre la necesidad de las bibliotecas en las ciudades. Sin embargo, ellas siguen jugando un papel fundamental en el desarrollo de las comunidades, aún más en una era donde los espacios públicos y democráticos cada vez son menos y donde la promoción de la vida colectiva es casi nula.
Las bibliotecas son espacios vivos y cambiantes, ya no son sólo templos del saber sino también plataformas públicas y espacios de democratización cultural. Ahora todas las formas de medios pueden convivir de manera igualitaria, y es precisamente la simultaneidad de sus contenidos lo que garantiza su vitalidad. Las bibliotecas forman parte de los últimos lugares públicos de nuestra sociedad, tienen una vocación social y un enfoque cultural, tienden a convertirse en un lugar único en la escala de la vida de la ciudad.
Lugar
En Chile, existen tan sólo siete bibliotecas regionales y la región del Bio Bio no cuenta con una de ellas.
Concepción, es la segunda concentración urbana más importante de Chile y reúne la mayoría de servicios, fuentes laborales y establecimientos de educación de la región. Sin embargo, aún carece de equipamiento apropiado para una capital regional. La Biblioteca Pública Regional responde al rol universitario, de servicios y cultural de la ciudad. Más que un almacén de libros es un sostenedor democrático de actividades cotidianas y de esparcimiento.
Propuesta urbana y arquitectónica
Primero, se entiende la explanada cívica como una nueva pieza urbana considerando las condicionantes futuras (soterramiento de la línea férrea, nuevos equipamientos públicos y privados) y abordando la Biblioteca Pública Regional como parte de esta planificación.
Luego, se considera el parque bicentenario como un eje consolidado que continúa la intención de acercar la ciudad a la ribera del Bio Bio y remata el eje bicentenario. Sin embargo, a pesar de ser un área reconocida en la ciudad, carece de equipamientos que activan y potencian la zona.
Subsuelo: depósito colección y archivo.
En el nivel -1 se propone una zona que alberga la colección de reserva, el depósito y el archivo de la Biblioteca. En esta área pueden ingresar los funcionarios autorizados y sólo se realizan préstamos en sala, además pueden ingresar investigadores, quienes tienen acceso a consultar los archivos previa cita.
Suelo urbano: soporte público.
La Biblioteca plantea un primer suelo urbano que acoge actividades cotidianas de los usuarios y transeúntes, el cual conecta un área pública y peatonal (parque bicentenario y continuidad de Barros Arana) con un área residencial y vehicular (Aurora de Chile y Avenida Bernardo O’Higgins).
Plataforma elevada: Colección y extensión.
Se propone un volumen horizontal y translúcido, el cual se emplaza paralelo al parque bicentenario y ayuda a configurar el vacío existente. En el interior de este de plantean dos niveles, el primero de ellos acoge todo el programa flexible y dinámico de una biblioteca contemporánea (lectura informal, area infantil, juvenil, cafetería, exposición, hemeroteca, entre otros); y en el segundo, se alberga la colección en estantería abierta, sala regional y áreas de trabajo formal.
Pabellones: (A) Área estudio formal, (B) extensión cultural y recreativa, (C) administración.
Tres pabellones cruzan perpendicularmente a la plataforma horizontal, reforzando la idea de traspaso entre el parque y la zona residencial y ayudando a configurar formalmente la explanada. Se propone un programa específico en cada uno de ellos, para aislarlos acústica y visualmente del resto del programa. Uno de ellos contiene la zona de estudio y trabajo formal; en el pabellón central ocurren las actividades de extensión cultural y recreativas, expandibles a las terrazas; y en el tercer pabellón se albergan las funciones administrativas.