Nido
La superficie de la cama matrimonial, aquella que origina la familia, es el lugar en que mis padres buscan refugio y guardan sus más íntimos secretos, algunos compartidos entre ellos, otros solo con la almohada. Este espacio, que a través de los años es testigo de anécdotas y momentos que la transforman, ya no es solo donde duerme y descansa en privacidad, sino que alberga actos que yacen fuera de ella, tales como acoger a otros integrantes de la familia (hijos y nietos) mientras se toma desayuno, también puede convertirse en una pequeña sala de estar, donde se puede ver televisión o ser la plataforma de juegos y conversaciones. En fin, la cama es el nido que nos reúne, donde nos sentimos protegidos y en confianza con nuestro núcleo familiar, el que nos da la fortaleza para sobrellevar este prolongado confinamiento.
Nicolás Eduardo Becerra Molina, 27 años, Chiguayante. Licenciado en Ciencias Básica de la Arquitectura, UBB, Sede Concepción, actualmente cursando el último año de arquitectura.
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