La arquitecta Dra. Maureen Trebilcock Kelly, directora del programa Doctorado en Arquitectura y Urbanismo (DAU) y académica del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura de nuestra facultad nos presenta la columna titulada: Normativas de Eficiencia Energética para Edificaciones ¿Cómo avanza América Latina? Publicada en Revista Negocio y Construcción durante el mes de enero.

Según el Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de 2021, las normativas de eficiencia energética para edificaciones resultan esenciales para avanzar hacia las metas de emisiones de carbono cero que cada nación se ha propuesto. Estas normativas son implementadas generalmente por los gobiernos para regular la construcción y operación de edificios, minimizando el consumo de energía mientras se alcanza el confort ambiental. 

Sin embargo, los países de América Latina están rezagados en el desarrollo de este tipo de normativas en comparación con los países del Norte Global. Si bien un número importante de países latinoamericanos cuentan con políticas energéticas que establecen acciones a corto, mediano y largo plazo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, motivadas por el Acuerdo de París; muy pocos realizan acciones dirigidas a abordar las emisiones relacionadas con los edificios. Entre ellos se encuentran Argentina, Chile, Colombia, México y Uruguay. En estos países, estas normativas suelen ser voluntarias, o bien obligatorias solo para una parte del sector (usualmente el sector residencial), lo que contrasta significativamente con los países del Norte Global, donde los códigos de energía para edificios son obligatorios para todo el sector. 

En cuanto al etiquetado energético, la mayoría de los países latinoamericanos cuentan con sistemas para equipos, pero solo Argentina, Brasil y Chile tienen etiquetado específico para edificios, mientras que México dispone de uno para envolventes de edificios. Destaca la provincia de Santa Fe, en Argentina, que ha implementado un etiquetado obligatorio para viviendas, así como Brasil, donde este requisito aplica a edificios públicos. En otros países, el etiquetado energético se ha establecido de forma voluntaria, con la meta de convertirlo en una política obligatoria en el futuro. En este contexto, Chile dará un paso importante en 2025, cuando entre en vigor la obligatoriedad del etiquetado energético de viviendas a través del sistema CEV.

En lo que respecta a la certificación de sustentabilidad en edificios, el sistema internacional LEED ha tenido un impacto significativo en los países de América Latina. Asimismo, la certificación EDGE, diseñada por el Banco Mundial específicamente para países en desarrollo, ha ganado notable popularidad en la región. Solo algunos países han creado certificaciones propias, como el Procel EDIFICA en Brasil, o las certificaciones CES para edificios de uso público y CVS para viviendas en Chile. Por su parte, la certificación CASA Colombia representa un desarrollo local basado en estándares internacionales. Cabe destacar que todos estos sistemas son de carácter voluntario.

Las normativas sobre confort ambiental son mucho más escasas y, en general, replican estándares internacionales como los de ASHRAE o ISO. En algunos casos aislados, los estándares de confort están incluidos en los códigos de energía para edificios, tal como la norma brasileña NBR 15575, que establece requisitos de confort térmico para evaluar el desempeño térmico de los edificios en condiciones de ventilación natural. Esta iniciativa promueve el comportamiento pasivo de los edificios, lo que es muy importante dado que muchos de los países de la región tienen climas bastante benignos, donde hay poca necesidad de aire acondicionado o existe una alta adaptación de los ocupantes. 

En conclusión, aunque los países de América Latina han comenzado a implementar normativas y medidas relacionadas con la eficiencia energética en edificaciones, aún existe un largo camino por recorrer para alcanzar los estándares establecidos en los países del Norte Global. La adopción de códigos obligatorios, el fortalecimiento de sistemas de etiquetado y certificación, y el desarrollo de normativas que incluyan el confort ambiental como un objetivo explícito son pasos clave para avanzar en el sector de la construcción.