Torre Estación de Ferrocarriles de Concepción en 1873.  Dibujo y acuarela de Hernán Barría Chateau
El arquitecto Hernán Barría Chateau, Director del programa Magíster Latinoamericano en Arquitectura y académico del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura de nuestra facultad, nos presenta su columna titulada: Postales de Concepción. Publicada en diario El Sur, el domingo 17 de abril.

Las primeras imágenes conocidas de Concepción son realizadas por artistas navegantes que visitaron nuestras costas desde principios del siglo XIX, destacando, entre otros, los magníficos grabados de una Bahía de Concepción post terremoto de 1835 realizados por Ernest Goupil y Louis Le Breton. Ambos dibujantes de la expedición de Jules Dumont D’Urville y el Astrolabe (1837-1940), cuyas litografías coloreadas muestran una región incipiente y en ruinas. Hoy son parte de la colección iconográfica del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile.

Ya en la segunda mitad del siglo XIX, Recaredo S. Tornero publica Chile ilustrado (1872); el primer álbum geográfico y estampado del país, que describe la capital penquista como una ciudad moderna, ubicada en el margen derecho de un caudaloso río Biobío, simétricamente dividida en cuadrados perfectos de 115 metros por costado, 140 manzanas cruzadas por calles rectas, de las cuales 7 son longitudinales y 15 transversales. Ocho grabados acompañan este texto, realzando la belleza de los jardines de la Plaza de Armas (así se llamaba en esa época), la pila de agua y la columna que soporta la estatua de la diosa Ceres, sus portales circundantes y la Iglesia Catedral sin torres de Concepción. Una ciudad que había recientemente inaugurado el alumbrado público a gas hidrógeno (1871) y que contaba con notables edificaciones públicas.

Por otra parte, en publicaciones internacionales como Nueva Geografía Universal (1887) de M. Luis Grégorie, The Illustrated London News (1889) y Aui Chili (1899) de Camille Chardemoy, descubrimos imágenes de una ciudad de impronta progresista, destacando el Puente Ferroviario del Biobío y la arquitectura neoclásica de la Estación del Ferrocarril, el Banco de Valparaíso (luego Banco de Tarapacá y Londres), la Intendencia y los Tribunales de Justicia.

En los inicios del siglo XX, la época dorada de la tarjeta postal, el Almacén de Música y Librería Alemana Carlos Brandt posteriormente Grimm & Kern en calle Comercio N° 73 (hoy Barros Arana) inmortalizará a través de postales las imágenes de una ciudad pujante, de hoteles como el Wachter-Central; de tiendas comerciales como la Casa Gleissner o la Casa Haran; instituciones educacionales como la Escuela Nacional de Preceptoras o el Colegio de los Padres Escolapios; el Teatro Concepción; y espacios públicos como el parque Alameda (hoy Parque Ecuador), la Plaza Euskara para la práctica de pelota vasca y la Escuela P. de Agricultura en el sector de Puchacay. Esta última, según Chardemoy, un paseo imperdible.

Para Ortega y Gasset, “el hombre no tiene naturaleza, lo que tiene es… historia”, de forma que la memoria urbana de una ciudad es fundamental para el devenir sus habitantes. Del relato anterior solo quedan recuerdos; una ciudad que el terremoto de 1939 borró de la faz del Valle de la Mocha. Por tanto, el legado de estas imágenes y primeras postales de Concepción es invaluable en la reconstrucción histórica de la capital penquista. Hoy, donde todo pasa en las redes sociales, sería interesante preguntarnos ¿cuáles son las nuevas postales de esta ciudad y la región? Sin duda, un imaginario colectivo y democrático, que de una u otra forma proyectan la identidad de Concepción al mundo. Una suerte de ciudad collage, en términos de Collin Rowe, pero en la era de las redes sociales.


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