Un lugar donde se conspiran citas reales e imaginarias es en Casa de Salud. Lugar, tomando prestada la cadencia de Larrea Trip, de “baile y conquista” de un espacio laberintico que mezcla aromas artísticos, literarios y musicales de la movida penquista. Ubicado en la esquina de Caupolicán y Brasil, en Barrio Centro Norte, de día parece ser otro galpón industrial dormido en el tiempo, pero, por el contrario, al atardecer, revitaliza el barrio abriendo sus salones y la unidad de geriatría; una espacialidad visceral de muros enmascarados y murales; una arquitectura sin arquitectos y novelesca.
Lejos de ser un habitué de Casa de Salud, siempre me sorprende el palpitar eterno e imperecedero del lugar. Más hoy día, en tiempos de una pandemia desalmada, cuya agenda oculta parece tener la intención de acabar con lugares como este. No obstante, Casa de Salud encontró el antídoto para sobrellevar estos duros años para la bohemia penquista, y de paso sostener también el alma nocturna de una ciudad que no solo se salva con vacunas y fármacos. A esto se suma el restaurante No Estamos Fritos -abierto en pandemia- cuyo nombre bien podría sintetizar el espíritu resiliente de Concepción y su devenir.
En el Salón de Geriatría, la mezcla musical de Loco H Selector ameniza a comensales y parroquianos en la previa del oficio divino de Casa de Salud: el baile y la conquista sabática. En el Salón Principal, la “ucronía musical” del dibujante Paulo Cuello Almonacid, expone una cartelera imaginaria de eventos en los que Atahualpa Yupanki (25.11.1959), Prince (20.02.1988), Amy Winehouse (17.06.2006) o Spinetta (09.11.2002), entre otros notables músicos, se presentaron en vivo alguna vez en estos salones. Una historia fantástica que se confunde con el aura de actuaciones recientes de bandas como Larrea Trip, Los Brando o González y los Asistentes.
De madrugada, en el Salón de la Fama, Dj Negro Pésimo, con su secuencia de beats dejar ver en sus muros una epifanía: el lugar donde “los pájaros cantan en pajarístico”. El salto definitivo a otro laberinto: La Nueva Novela, obra mítica de Juan Luis Martínez, quien a través de sus páginas dejar ver esa extraña relación borgiana entre el espacio de la ficción y los personajes de la vida, quizá la propia quintaesencia de Casa de Salud.
Heredero de Cariño Malo y Bar La República, Casa de Salud es un espacio único, original, donde todo pasa a la vez y en universos paralelos. Antes de la pandemia, Germán Estrada, su fundador, decía que Casa de Salud es el corazón de sus proyectos, desde el cual estaba pensando la creación de una cineteca, una biblioteca comunitaria o un museo de la música para Concepción. Por tanto, un lugar donde además se imagina y conversa sobre hacer ciudad, que acoge diversas iniciativas culturales como la asamblea abierta para la conformación del Club de Jazz, los Premios Ceres a las Artes de la Región del Bíobío o simplemente abriendo un espacio para hablar de la nueva constitución. ¡Chapó!
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