Instalación “Aguda Observadora” en laguna Lo Méndez. Karen Espinoza y Doglas Cárdenas (2021)Festival Fugaz. Colectivo AUYA. Dibujo y acuarela de Hernán Barría Chateau
El arquitecto Hernán Barría Chateau, Director del programa Magíster Latinoamericano en Arquitectura y académico del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura de nuestra facultad, nos presenta su columna titulada: “Festivales estivales”. Publicada en diario El Sur, el domingo 28 de noviembre.

La palabra “festival”, si bien como anglicismo procede del francés “festival” (festivo), su origen está en el latinismo “festus” (fiesta), que en la mitología grecolatina define conjunto de celebraciones en honor a dioses y musas. En la actualidad, se entiende como un evento artístico que abarca una diversidad de manifestaciones socioculturales y/o urbanas que en su esencia celebran el ocio y el divertimento como parte importante de la cultura contemporánea.

En particular, en la arquitectura el término “festival” se podría relacionar con una práctica que aparece en las postrimerías del siglo XX irrumpiendo como alternativa liberadora, como crítica al status quo y el control social. “Instant City” del grupo inglés Archigram (1968), representa la metáfora urbana por antonomasia de la ciudad temporal, nómade y del espectáculo; mientras que, “Black Rock City”, en el marco del festival de música electrónica “Burning Man” en el desierto de Nevada (Estados Unidos), materializa la ciudad equinoccial, autosuficiente y efímera. Ambas ejemplifican experiencias urbanas radicales, autónomas, que valoran la participación, la diversidad y la inmediatez.

Hoy, en pleno siglo XXI, los festivales urbanos se han transformado en eventos masivos y populares, colocando en valor el espacio público y su uso por parte de la comunidad, aportando al turismo y la economía local como también al intercambio cultural y la experiencia de vivir la ciudad. En ellos el arte urbano y la arquitectura pueden tener un rol protagónico, transformándose en dispositivos para la innovación y el intercambio de ideas sobre el territorio, la ciudad, el patrimonio, o simplemente para ver nuevas tendencias urbanas.

Sin ir más lejos, como parte de un tour nacional, el Festival Hecho en Casa llegará a Concepción en diciembre. Esta mega intervención de arte urbano transformará el paisaje de la capital penquista con cinco esculturas colosales, destacando entre ellos, un Troll de madera, un Robot de juguete y la obra icónica de este festival: el Pato de Hule, del artista holandés Florentijn Hofman (2008). Un juguete de 20 metros de altura que flotará en alguno de los frentes de agua de la ciudad como si fuese una gran tina de baño. Un festival que trae la iconografía pop propia de la posmodernidad e inspirada en objetos cotidianos y banales.

Sin duda, el Gran Concepción, sus cerros, lagunas y el río Bío Bío son un entorno privilegiado para este tipo de festivales. En estos días, cabe destacar el Festival Fugaz, organizado por el colectivo de Arquitectura, Urbanismo y Arte (AUYA), el que durante esta semana ha realizado distintas intervenciones artísticas en cinco lagunas del casco central de la ciudad. Contexto, en el que las obras de jóvenes arquitectos y arquitectas como “Desde el Cubo” de Francisco Galindo en Tres Pascualas; “Lámpara Aerostática” de Alonso Petit-Breuilh en Lo Custodio; y “Aguda Observadora” de Karen Espinoza y Doglas Cárdenas en Lo Méndez, enmarcan otras actividades como presentaciones musicales, talleres y performances, celebrando el encuentro de la comunidad, la valoración del patrimonio natural y cultural de Concepción, y sus barrios. Hoy, en la Redonda, es el último día de este festival, solo hay que animarse a ir y enaltecer el ocio y el divertimento… aunque sea por un instante.


>> Si quieres compartirnos información sobre otro tipo de actividades de la comunidad Farcodi; talleres, investigación, charlas, difusión de eventos u otros, puedes encontrar nuestros protocolos de comunicación acá >>.