Acceso al Sanatorio Alemán de Concepción. Fotografía del arquitecto Claudio Arce Ayub, académico del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura y presidente del Colegio de Arquitectos, delegación Concepción.
El arquitecto Claudio Arce Ayub, académico del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura de nuestra facultad y presidente del Colegio de Arquitectos, delegación Concepción, nos presente la siguiente columna titulada: Concepción, una Ciudad Verde? Publicada en diario El Sur, edición domingo 27 de febrero. 

“¿Puede un árbol dar alegría? Puede. Tanto para los que nacieron en el campo, como para los que crecieron en una casa urbana o para los porteños criados en balcón…” Escribe María Belén Echeñique, en una columna de Patrimonio Urbano para el diario Clarín de Buenos Aires. En la capital trasandina, los Crespones (langertomedia Indica) están cuantificados por su alto valor estético/urbano, por su bajo consumo de agua, pero además porque “entregan alegría”

Hace unos años en una visita académica a la Universidad de Mendoza, explicando el sistema de acondicionamiento ambiental urbano basado en un manto vegetal de grandes árboles que cubren las calles y avenidas de la ciudad y que permiten templar la temperatura de esa ciudad, la profesora Stella López Frasca, me preguntó; ¿si en Mendoza para aclimatar la ciudad transformamos un desierto en un bosque, porqué en Concepción transformaron un bosque en un desierto?  

Aquí se juntan elementos propios del acervo cultural y entendimiento rol de la vegetación callejera, del valor del espacio público, del verde como forma de vida en las urbe, los efectos del cambio climático, el aporte de la vegetación en una ciudad carbono neutral y como expresa María Belén Echeñique, la “alegría” asociada a los árboles.  Es así como a fines de enero, en las obras del nuevo acceso a calle Mauzier ordenamiento acceso al Sanatorio Alemán, desde el bandejón central de Avenida Pedro de Valdivia, fueron sacado de cuajo cinco Crespones que podían sin mayores problemas ser trasplantados. Los Crespones así como los Liquidámbar están categorizados dentro de los árboles de fácil trasplante. Esto fue claramente expuesto hace algunos años a la Asesoría Urbana de Concepción cuando esta unidad, pretendía inexplicablemente implementar un plan de sustitución de árboles urbanos por pequeñas especies arbustivas. 

Al parecer no se logró hacer entender los valores asociados a este manto vegetal. Porque con el tiempo, hemos visto aparecer sobre los escasos prados de la ciudad en vez de nuevos árboles Tótems o carteles publicitarios con el nombre CONCEPCIÓN, dentro de una estética espiritualmente pobre, autorreferente, en una expresión tardía e innecesaria del mítico rótulo de Hollywood. Sin entender como no sería mejor privilegiar como concepto ser una ciudad dentro de un “Eco Pacto”, donde plantar árboles sea parte de “educación medioambiental social continua”, que amablemente, sin aspaviento, hablarían de una comunidad intelectualmente culta, medio ambientalmente amigable y consiente, donde se limpia el aire, se captura gases de efecto invernadero, se disminuye el polvo urbano, gracias a la acción y protección de árboles que por los demás nos regalan gratuitamente sombra, belleza y “alegría”.


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